El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que es hora de abrir el estado: eliminó la orden sobre el uso de la mascarilla para frenar la propagación del covid-19 y dio luz verde a los negocios para su reapertura.
«Es tiempo de reabrir Texas al 100%», dijo en una alocución desde un restaurante de comida mexicana en Lubbock, uno de los condados en los que la enfermedad creció más rápido al tiempo que se quedaba sin camas hospitalarias. Ha sumado 48,160 casos a las cifras del estado y 765 muertes.
La medida entrará en vigor el 10 de marzo.
«También acabé con el mandato sobre el uso de mascarilla en todo el estado», escribió poco después en su cuenta de Twitter al reiterar que «todo» —en mayúsculas sostenidas— había sido reabierto.
Abbott había ordenado el uso de mascarillas en lugares públicos en julio de 2020 tras un aumento de casos de la enfermedad. El gobernador dio este martes la orden desafiando las recomendaciones de expertos como Anthony Fauci, que han advertido que el uso de la mascarilla puede ser una medida que dure al menos hasta el 2022.